II Crónicas, 12
11. siempre que el rey iba al templo del Señor la guardia los llevaba, y luego los volvían a poner en la sala de la guardia.
11. siempre que el rey iba al templo del Señor la guardia los llevaba, y luego los volvían a poner en la sala de la guardia.
“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina