Salmos, 10

17. Tú escuchas, Señor, el deseo de los pobres; su corazón confortas, les tiendes tus oídos

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El Salmo 10 es un lamento que expresa la perplejidad del salmista frente a la aparente injusticia de Dios para permitir que los malvados prosperen y opriman a los pobres y necesitados. El salmo comienza con la pregunta: "¿Por qué te mantienes alejado? ¿Y por qué te escondes en el momento de la tribulación?" (v. 1). Los siguientes versículos describen la arrogancia y el mal de los malvados y su falta de miedo a Dios. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en el Salmo 10:

Proverbios 21:13: "El que ha sido el oído para la pobreza de los pobres también llorará y será escuchado". Este versículo alude a la pregunta planteada en el Salmo 10 en la aparente de Dios antes de la opresión de los necesitados por los malvados. El proverbio advierte que aquellos que ignoran el clamor de los pobres también serán ignorados cuando lloren por ayuda.

Salmo 73:2-3: "En cuanto a mí, casi me sacudieron los pies; a poco faltaban mis pasos. Porque estaba celoso de lo excelente, viendo la prosperidad de los malvados". El salmista expresa una experiencia similar a la del salmista del Salmo 10 observando la prosperidad de los malvados y cuestionando la justicia de Dios.

Salmo 37:35-36: "Vi a un arrogante malvado, expandiendo que Cedar of Líbano. Pasé nuevamente, y he aquí, lo busqué, pero no fue posible encontrarlo". Estos versículos retratan la transiencia de la prosperidad de los malvados y la certeza de que, en última instancia, prevalecerá la justicia.

Salmo 12:5: "Debido a la opresión de los necesitados y los gemidos de los pobres, ahora me levantaré, dice el Señor; Este versículo ofrece esperanza al salmista del Salmo 10, asegurando que Dios no permanezca inactivo frente a la opresión de los malvados y que los necesitados se salvarán.

Salmo 9:15-16: "Hicieron un pozo, lo profundizaron y cayeron en la tumba que hicieron. El Señor dio a conocer su justicia, ejecutando el juicio; Estos versículos afirman la justicia de Dios y la inevitabilidad de que los malvados reunirán lo que han plantado, una vez más ofreciendo esperanza y consuelo al Salmo del Salmo 10.