3. Te hago saber que voy a edificar una Casa al nombre de Yavé, mi Dios, para consagrársela, para quemar ante él incienso aromático, para la ofrenda perpetua de los panes presentados, y para los holocaustos de la mañana y de la tarde, de los sábados, lunas nuevas, solemnidades de Yavé, nuestro Dios, como se hace siempre en Israel.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina