7. El príncipe recibirá un territorio tanto al lado del dominio reservado al Templo como al lado de la propiedad de la ciudad: al este hasta la frontera oriental, y al oeste hasta el mar. Tendrá pues la misma longitud que las partes reservadas a cada tribu.





“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina