10. Miqueas le dijo: «Quédate en mi casa y serás para mí un padre y un sacerdote; yo te daré diez monedas de plata al año, el vestido y la comida.» Y entró el levita.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina