22. Mientras se recreaban, los hombres de la ciudad, gente malvada, cercaron la casa y golpeando la puerta dijeron al anciano, dueño de la casa: «Haz salir al hombre que ha entrado en tu casa para que nos divirtamos con él.»





“Lembre-se de que você tem no Céu não somente um pai, mas também uma Mãe”. São Padre Pio de Pietrelcina