27. Por la mañana se levantó su marido, abrió las puertas de la casa y salió para continuar su camino. Entonces vio a la mujer, su concubina, tendida a la entrada de la casa, con las manos en el umbral,





“O amor e o temor devem sempre andar juntos. O temor sem amor torna-se covardia. São Padre Pio de Pietrelcina