3. Empeñémonos en conocer a Yavé. Su venida es tan cierta como la de la aurora, y su intervención, tan repentina como la llegada del día. Llegará como la lluvia, como el aguacero que riega la tierra.





“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina