1. A los impíos, empero, un furor inclemente los castigó hasta el fin, porque Dios sabía de antemano lo que harían:





“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina