Trouvé 41 Résultats pour: Esperar

  • ¿Ves a un hombre que se muere de ganas de hablar? Hay que esperar más de un tonto que de él. (Proverbios 29, 20)

  • Lo único que el hombre puede esperar es comer, beber y pasarlo bien. Pero he visto que también en eso está la mano de Dios. (Eclesiastés (Qohelet) 2, 24)

  • Y vi que lo único que el hombre puede esperar es gozar del fruto de sus obras; porque esa es su condición. Pero, ¿quién le dará a conocer lo que pasará después? (Eclesiastés (Qohelet) 3, 22)

  • Esto es lo que veo: todo lo que uno puede esperar es comer y beber, y gozar el bienestar mientras trabaja bajo el sol durante los contados días de su vida, tales como Dios se los concedió: esa es su parte. (Eclesiastés (Qohelet) 5, 17)

  • Los vivos saben que morirán; los muertos, nada saben. No tienen nada que esperar: son sólo un recuerdo olvidado. (Eclesiastés (Qohelet) 9, 5)

  • Hijo mío, no niegues su pan al pobre; no hagas esperar al que te mira con ojos suplicantes. (Sirácides (Eclesiástico) 4, 1)

  • Alza los ojos hacia los cerros y mira: no hay lugar en que no te hayas prostituido. Junto al camino te sentabas para esperar, como la mujer árabe en el desierto, y manchaste tu país con tus prostituciones y tus crímenes. (Jeremías 3, 2)

  • Bueno es esperar en silencio la salvación de Yavé. (Lamentaciones 3, 26)

  • Dichoso el que sepa esperar y alcance mil treinta y cinco días. (Daniel 12, 12)

  • Guárdense de las buenas acciones hechas a la vista de todos, a fin de que todos las aprecien. Pues en ese caso, no les quedaría premio alguno que esperar de su Padre que está en el cielo. (Evangelio según San Mateo 6, 1)

  • a preguntarle: «¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?» (Evangelio según San Mateo 11, 3)

  • En cambio, según ustedes, es correcto decir a su padre o a su madre: Lo que podías esperar de mí, ya lo tengo reservado para el Templo. (Evangelio según San Mateo 15, 5)


“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina