Trouvé 907 Résultats pour: Jerusalén

  • Esto ocasionó bastante perturbación, así como discusiones muy violentas de Pablo y Bernabé con ellos. Al fin se decidió que Pablo y Bernabé junto con algunos de ellos subieran a Jerusalén para tratar esta cuestión con los apóstoles y los presbíteros. (Hecho de los Apóstoles 15, 2)

  • Al llegar a Jerusalén fueron recibidos por la Iglesia, por los apóstoles y los presbíteros, y les expusieron todo lo que Dios había hecho por medio de ellos. (Hecho de los Apóstoles 15, 4)

  • A su paso de ciudad en ciudad, iban entregando las decisiones tomadas por los apóstoles y presbíteros en Jerusalén y exhortaban a que las observaran. (Hecho de los Apóstoles 16, 4)

  • Después de todos estos acontecimientos, Pablo tomó su decisión en el Espíritu: ir a Jerusalén pasando por Macedonia y Acaya. Y decía: «Después de llegar allí, tengo que ir también a Roma.» (Hecho de los Apóstoles 19, 21)

  • Pablo había decidido no hacer escala en Efeso ni demorarse más en Asia, pues, de ser posible, quería estar en Jerusalén para el día de Pentecostés. (Hecho de los Apóstoles 20, 16)

  • Ahora voy a Jerusalén, atado por el Espíritu sin saber lo que allí me sucederá; (Hecho de los Apóstoles 20, 22)

  • Aquí encontramos a los discípulos y nos detuvimos siete días. Advertían a Pablo con mensajes proféticos que no subiera a Jerusalén; (Hecho de los Apóstoles 21, 4)

  • Al oír esto, nosotros y los de Cesarea rogamos a Pablo que no subiera a Jerusalén. (Hecho de los Apóstoles 21, 12)

  • Pero él nos contestó: «¿Por qué me destrozan el corazón con sus lágrimas? Yo estoy dispuesto no sólo a ser encarcelado, sino también a morir en Jerusalén por el Nombre del Señor Jesús.» (Hecho de los Apóstoles 21, 13)

  • Pasados aquellos días, terminamos los preparativos del viaje y subimos a Jerusalén. (Hecho de los Apóstoles 21, 15)

  • Al llegar a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con alegría. (Hecho de los Apóstoles 21, 17)

  • Querían matarlo, pero llegó al comandante del batallón la noticia de que toda Jerusalén estaba alborotada. (Hecho de los Apóstoles 21, 31)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina