Trouvé 226 Résultats pour: Levitas

  • Mandarás que se acerquen los levitas a la Tienda de las Citas y convocarás a toda la comunidad de los hijos de Israel. (Números 8, 9)

  • Harás que los levitas se acerquen a Yavé, y los hijos de Israel les impondrán las manos. (Números 8, 10)

  • Entonces Aarón ofrecerá a los levitas, como se le presenta una ofrenda mecida, pues son ellos los que estarán a cargo del servicio de Yavé. (Números 8, 11)

  • Los levitas impondrán sus manos sobre la cabeza de los novillos, y tú sacrificarás el primero como sacrificio por el pecado, y el otro en holocausto a Yavé: así harás la expiación por los levitas. (Números 8, 12)

  • Pondrás luego a los levitas delante de Aarón y de sus hijos y los presentarás como se presenta una ofrenda mecida. (Números 8, 13)

  • Pero ahora he escogido a los levitas en lugar de todos los primogénitos de Israel. (Números 8, 18)

  • Moisés y Aarón y toda la comunidad de los hijos de Israel hicieron con los levitas conforme Yavé había mandado a Moisés. (Números 8, 20)

  • Los levitas fueron purificados y se pusieron ropa limpia, y Aarón los presentó ante Yavé como se presenta una ofrenda, y luego hizo la expiación por ellos para que fueran purificados. (Números 8, 21)

  • A partir de este momento los levitas se hicieron cargo del servicio en la Tienda de las Citas, a las órdenes de Aarón y sus hijos. Como Yavé lo había mandado a Moisés, así se hizo con los levitas. (Números 8, 22)

  • «Esta ley también se refiere a los levitas. Los de veinticinco años para arriba servirán en la Tienda de las Citas. (Números 8, 24)

  • En adelante podrán ayudar a sus hermanos en la Tienda de las Citas, pero ya no tendrán funciones. Así harás con los levitas en lo que se refiere a sus funciones.» (Números 8, 26)

  • También harás que participen en el culto los Levitas: son tus hermanos, de la tribu de tu padre. Te ayudarán y te asistirán cuando tú y tus hijos tengan que servir en la Tienda del Testimonio. (Números 18, 2)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina