Trouvé 43 Résultats pour: Rocío

  • El furor del rey es como el rugido del león, su benevolencia es como el rocío sobre la hierba. (Proverbios 19, 12)

  • Yo dormía, pero mi corazón estaba despierto. Oí la voz de mi amado que me llamaba: «Abreme, hermana mía, compañera mía, paloma mía, preciosa mía; que mi cabeza está cubierta de rocío, y mis cabellos, de la humedad de la noche.» (Cantar 5, 2)

  • El mundo entero está delante de ti como un grano en la balanza, como una gota de rocío que cayó al suelo de madrugada. (Sabiduría 11, 22)

  • ¿No refresca el rocío al viento caliente? De igual modo la palabra hace más bien que lo que se da. (Sirácides (Eclesiástico) 18, 16)

  • Pero acude una nube y cura todos esos males: después de la canícula, el rocío devuelve la alegría. (Sirácides (Eclesiástico) 43, 22)

  • ¡Tus muertos revivirán, y sus cadáveres resucitarán! Despierten y den gritos de júbilo todos ustedes, que yacen en el polvo. Que baje tu rocío, Señor, rocío de luz, y la tierra nos devolverá a los muertos. (Isaías 26, 19)

  • y les sopló, en medio del horno, como una frescura de brisa y de rocío, de modo que el fuego no los tocó ni les causó dolor ni molestia (Daniel 3, 50)

  • Lluvia y rocío aalábenlo y ensálcenlo eternamente (Daniel 3, 64)

  • Pero dejen en tierra el tronco y las raíces atados con hierro y bronce, entre la hierba del campo; que lo bañe el rocío del cielo, y participe con los animales de la tierra; (Daniel 4, 12)

  • En cuanto a lo que ha visto el rey, un ángel, un santo que bajaba del cielo y decía: «Corten el árbol, destruyéndolo, pero el tronco y las raíces déjenlos en tierra, con ataduras de hierro y bronce, entre la hierba del campo, que lo moje el rocío del cielo y participe de la suerte de los animales del campo hasta que hayan pasado por él siete tiempos, mira que voy a explicártelo (Daniel 4, 20)

  • Serás echado de entre los hombres y vivirás con las bestias del campo; comerás hierba como los bueyes, y te bañará el rocío del cielo; siete tiempos pasarán por ti, hasta que reconozcas que el Altísimo está más arriba que cualquier autoridad humana; él da el poder al que le agrada (Daniel 4, 22)

  • E inmediatamente se cumplieron esas palabras en Nabucodonosor: fue arrojado de entre los hombres, se alimentó de hierba, como los bueyes, el rocío del cielo mojó su cuerpo, de modo que le crecieron los cabellos como plumas de águila y las uñas como las de las aves (Daniel 4, 30)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina