Trouvé 96 Résultats pour: Santa

  • El mismo derribó a los que combatían contra la Ciudad Santa; (2 Macabeos 1, 12)

  • Mientras la Ciudad Santa gozaba de una paz completa y las leyes eran observadas lo mejor posible, gracias a la piedad del sumo sacerdote Onías y su repudio a toda maldad, (2 Macabeos 3, 1)

  • Pero creían firmemente en una valiosa recompensa para los que mueren como creyentes; de ahí que su inquietud era santa y de acuerdo con la fe. Esta fue la razón por la cual Judas ofreció este sacrificio por los muertos; para que fueran perdonados de su pecado. (2 Macabeos 12, 45)

  • Entonces el sumo sacerdote Onías había dicho a Judas: «Este es el que ama a sus hermanos, el que ruega sin cesar por el pueblo judío y por la Ciudad Santa. Es Jeremías, el profeta de Dios.» (2 Macabeos 15, 14)

  • Animados por estas bellísimas palabras de Judas, capaces de estimular el valor y de robustecer las almas jóvenes, decidieron no establecer un campamento con defensas sino lanzarse valerosamente a la ofensiva y resolver la situación luchando con toda valentía, pues estaba en peligro la Ciudad Santa de Jerusalén, la religión y el Templo. (2 Macabeos 15, 17)

  • Entonces bendijeron al Cielo diciendo: «¡Bendito sea el que no dejó que profanaran su Casa Santa!» (2 Macabeos 15, 34)

  • de tal manera que no conocen los secretos de Dios. No esperan la recompensa de una vida santa, ni creen que las almas puras tendrán su paga. (Sabiduría 2, 22)

  • Me has dicho que te construya un templo en la montaña santa, un altar en la ciudad donde habitas, a semejanza de esa Tienda celestial que habías preparado para ti desde el principio. (Sabiduría 9, 8)

  • Así pasó con los antiguos habitantes de tu Tierra Santa: (Sabiduría 12, 3)

  • Los impíos pensaban someter bajo su poder a la nación santa: pero se encontraron cautivos, prisioneros de una larga noche, encerrados bajo sus propios techos, desterrados lejos de tu infalible protección. (Sabiduría 17, 2)

  • Celebro en su presencia la liturgia de su Santa Morada, y es por eso que me establecí en Sión. (Sirácides (Eclesiástico) 24, 10)

  • Ten compasión de la ciudad santa, Jerusalén, del lugar de tu descanso. (Sirácides (Eclesiástico) 36, 12)


“Amemos ao próximo. Custa tão pouco querer bem ao outro.” São Padre Pio de Pietrelcina