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  • Semidá y el clan semidaíta; Jéfer y el clan jefe rita; Selofjad, hijo de Jéfer. Selofjad no tuvo hijos, solamente hijas. (Números 26, 32)

  • El día de las primicias, cuando ofrezcan a Yavé los frutos nuevos, en la fiesta de las Semanas, tendrán reunión sagrada, y no harán ningún trabajo de trabajador. (Números 28, 26)

  • torcerá por el sur hacia la Subida de los Escorpiones, pasará por Zin, pasando al sur de Cadés-Barné. Luego irá hacia JasarAdar pasando por Asemona. (Números 34, 4)

  • Torcerá de Asemona hacia el Torrente de Egipto y terminará en el mar Grande (o Mediterráneo). (Números 34, 5)

  • pueblo grande, numeroso y de altura descomunal, a semejanza de los enaceos. Yavé los exterminó por mano de los amonitas e hizo que éstos poblaran la tierra en su lugar. (Deuteronomio 2, 21)

  • Pregunta a los tiempos pasados. Investiga desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra. Pregunta desde un extremo a otro del mundo: ¿Hubo jamás una cosa tan extraordinaria como ésta? ¿Se ha oído cosa semejante? (Deuteronomio 4, 32)

  • En ese tiempo Yavé me dijo: «Labra dos tablas de piedra semejantes a las primeras y sube hacia mí en el monte; harás también un Arca de madera. (Deuteronomio 10, 1)

  • Porque la tierra que van a poseer no es como el país de Egipto de donde salieron, en el cual después de haber sembrado había que regar a fuerza de brazos, como en las huertas, (Deuteronomio 11, 10)

  • Yavé no les pide nada semejante. (Deuteronomio 12, 4)

  • Al oír esto todos temerán en Israel, y ya no se atreverán a hacer semejante cosa. (Deuteronomio 13, 12)

  • Cada año separarás el diezmo de todo lo que hayas sembrado y que haya crecido en tus tierras. (Deuteronomio 14, 22)

  • Luego contarás siete semanas; las contarás desde el día en que comiences a cortar el trigo. (Deuteronomio 16, 9)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina