Trouvé 26 Résultats pour: confusión

  • todo era confusión y no había nada en la tierra. Las tinieblas cubrían los abismos mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas. (Génesis 1, 2)

  • Pero, mientras Saúl hablaba al sacerdote, la confusión en el campamento filisteo se iba haciendo cada vez mayor; (1 Samuel 14, 19)

  • por eso Saúl dijo al sacerdote: «Retira tu mano.» Saúl reunió a toda su tropa y se dirigieron al campo de batalla; allí vieron que la confusión era total y que unos y otros se herían con sus espadas. (1 Samuel 14, 20)

  • Saúl se enojó con Jonatán y le dijo: «¡Hijo de mujer perdida! ¿Acaso no sé yo que prefieres al hijo de Jesé para confusión tuya y vergüenza de tu perdida madre? (1 Samuel 20, 30)

  • Sacrificaron la Pascua el día catorce del mes segundo. También los sacerdotes y los levitas, llenos de confusión, se santificaron y trajeron holocaustos a la Casa de Yavé. (2 Crónicas 30, 15)

  • Dije: «Dios mío, tengo vergüenza y confusión. Dios mío, no me atrevo a levantar a ti mis ojos, porque nuestros pecados se han multiplicado por encima de nuestra cabeza y nuestros crímenes han crecido hasta el cielo. (Esdras 9, 6)

  • Tanta ofensa me ha partido el corazón, mi vergüenza y confusión son irremediables. Esperé compasión, pero fue en vano, alguien que me consolara, y no lo hallé. (Salmos 69, 21)

  • Pensaba en medio de mi confusión: "¡Todo hombre decepciona!" (Salmos 116, 11)

  • De las casas salía la gente en tropel con gran confusión para suplicar todos juntos por el Lugar Santo, que iba a ser profanado. (2 Macabeos 3, 18)

  • Dejaron el campamento lleno de miedo y confusión y se retiraron después de un completo éxito. (2 Macabeos 13, 16)

  • En el anterior período de confusión había sido acusado de judaísmo y se había entregado totalmente y con mucho entusiasmo a la defensa del judaísmo. (2 Macabeos 14, 38)

  • Las reflexiones del tonto provocan las peleas; cuando habla, siembra la confusión. (Proverbios 18, 6)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina