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Nun, hijo suyo; Josué, hijo suyo. (1 Crónicas 7, 27)
Cuando le dijo: Te daré la tierra de Canaán como parte de tu herencia. (1 Crónicas 16, 18)
Partieron con Zorobabel, Josué, Nehemías, Seraya, Ralayas, Mardoqueo, Bilsan, Mispar, Bigvay, Rejum y Baana. Lista de los hijos del pueblo de Israel: (Esdras 2, 2)
de Pajat-Moab, por parte de los hijos de Josué y de Joab, 2.812; (Esdras 2, 6)
Sacerdotes: los hijos de Jedaías, de la familia de Josué, 973; (Esdras 2, 36)
Levitas: los hijos de Josué, por parte de Cadmiel, Binnuy, Hodovías, 74. (Esdras 2, 40)
Josué, hijo de Josadac, con sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel, hijo de Sealtiel, con sus hermanos, empezaron a reconstruir el altar del Dios de Israel, para ofrecer en él sacrificios, como está escrito en la Ley de Moisés, hombre de Dios. (Esdras 3, 2)
El año segundo después de la llegada a la Casa de Dios, a Jerusalén, el segundo mes, Zorobabel, hijo de Sealtiel, y Josué, hijo de Josadac, con el resto de sus hermanos, los sacerdotes, levitas y todos los que habían vuelto del destierro a Jerusalén, comenzaron la obra: designaron a algunos levitas mayores de veinte años para dirigir las obras de la Casa de Yavé. (Esdras 3, 8)
Josué, sus hijos y sus hermanos, Cadmiel y sus hijos, y los hijos de Hodabías, se pusieron juntos a dirigir a los que trabajaban en la obra de la Casa de Dios. (Esdras 3, 9)
se presentaron a Zorobabel, a Josué y a los jefes de familia, y les dijeron: «Permítannos cooperar con ustedes en la reconstrucción, porque también nosotros nos interesamos por su Dios, y le ofrecemos sacrificios desde el tiempo de Asar Jaddon, rey de Asiria, que nos trajo aquí.» (Esdras 4, 2)
Zorobabel, Josué y los jefes de familias israelitas les contestaron: «No podemos unirnos a ustedes para reconstruir la Casa de nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos; así lo ha mandado Ciro, rey de Persia.» (Esdras 4, 3)
Entonces Zorobabel hijo de Sealtiel y Josué hijo de Yosadac se decidieron a reiniciar la construcción del Templo de Dios en Jerusalén; los profetas de Dios estaban con ellos y los apoyaban. (Esdras 5, 2)