Trouvé 400 Résultats pour: paz

  • Jonatán dijo a David: «Vete en paz, ya que nos hemos comprometido en nombre de Yavé; que Yavé esté entre tú y yo, entre mi descendencia y la tuya, para siempre.» (1 Samuel 20, 42)

  • ¿Qué hombre que encuentra a su enemigo le permite seguir su camino en paz? Que Yavé te recompense por lo que hoy has hecho conmigo. (1 Samuel 24, 19)

  • Le dirán: Hermano, la paz sea contigo, con tu casa y todo lo que tienes. (1 Samuel 25, 6)

  • Entonces David recibió todo lo que ella le había traído y le dijo: «Vete en paz a tu casa.» (1 Samuel 25, 35)

  • Por eso, vuélvete en paz, para no molestar a los jefes de los filisteos.» (1 Samuel 29, 7)

  • Luego Abner dijo a David: «Ahora quiero irme, pues voy a poner a todo Israel de tu parte, oh señor, mi rey. Ellos harán una alianza contigo y tú reinarás según lo deseas.» David despidió a Abner, que se fue en paz. (2 Samuel 3, 21)

  • Cuando llegaron Joab y sus hombres, le dijeron a Joab que Abner había visitado al rey y que éste, después de recibirlo, lo había dejado ir en paz. (2 Samuel 3, 23)

  • Joab, entonces, se presentó al rey y le dijo: «¿Qué hiciste? Abner vino, lo recibiste y lo dejas volver en paz. (2 Samuel 3, 24)

  • Desde el día en que constituí jueces sobre mi pueblo, a ti te he concedido la paz con todos tus enemigos, y ahora te prometo construirte una casa.» (2 Samuel 7, 11)

  • Todos estos reyes que seguían a Hadade zer hicieron la paz con los israelitas a conse cuencia de su derrota y quedaron sometidos. Y, en adelante, los arameos no se atrevieron ya más a venir en ayuda de los amonitas. (2 Samuel 10, 19)

  • entonces, con mayor razón, dará también la respuesta que pueda traernos la paz. Pues él es como el ángel de Dios para comprender el bien y el mal. Que Yavé, tu Dios, sea contigo.» (2 Samuel 14, 17)

  • Tú y tu hijo Ajimás, junto con Abiatar y su hijo Jonatán, vuelvan en paz a Jerusalén. (2 Samuel 15, 27)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina