Trouvé 42 Résultats pour: pensamientos

  • Los pensamientos del rey, igual que el agua, corren por donde Yavé los dirige. (Proverbios 21, 1)

  • Ahí está lo malo en todo lo que se hace bajo el sol: que todos corren la misma suerte; es por eso que los hijos de Adán están llenos de ideas malvadas, y sus pensamientos se descarrilan a lo largo de toda su vida esperando acabar entre los muertos. (Eclesiastés (Qohelet) 9, 3)

  • El Espíritu Santo que nos educa huye de la duplicidad; rechaza los pensamientos estúpidos y se paraliza frente a la maldad. (Sabiduría 1, 5)

  • La Sabiduría es un espíritu que ama a los hombres, pero no dejará sin castigo al que blasfema, porque Dios conoce sus pensamientos íntimos, ve claro en su corazón y escucha sus palabras. (Sabiduría 1, 6)

  • Feliz también el eunuco si no tomó parte en el mal ni tuvo pensamientos de rebelión contra el Señor: su fidelidad será bien recompensada, tendrá un lugar de privilegio en el templo del Señor. (Sabiduría 3, 14)

  • Ella misma sale en busca de los que son dignos de ella; se muestra con benevolencia en sus caminos, sale a su encuentro en todos sus pensamientos. (Sabiduría 6, 16)

  • El que cumple la Ley es dueño de sus pensamientos, el temor del Señor lo llevará a la sabiduría. (Sirácides (Eclesiástico) 21, 11)

  • ¿Quién domará con el látigo mis pensamientos, e impondrá a mi entendimiento la disciplina de la sabiduría, sin perdonar mis extravíos ni dejar pasar mis pecados? (Sirácides (Eclesiástico) 23, 2)

  • porque sus pensamientos son más vastos que el mar y sus proyectos abarcan más que el gran océano. (Sirácides (Eclesiástico) 24, 29)

  • la rebelión e hipocresía para con Yavé, y la infidelidad a nuestro Dios, nuestras traiciones y revueltas y nuestros pensamientos y juicios injustos. (Isaías 59, 13)

  • «Limpia tu corazón del mal, Jerusalén, para que puedas salvarte. ¿O acaso piensas seguir con tus perversos pensamientos?» (Jeremías 4, 14)

  • Sus palabras y sus pensamientos todo el día se dirigen contra mí. (Lamentaciones 3, 62)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina