Trouvé 126 Résultats pour: victoria de Jericó

  • Los hombres de Judas, después de invocar al gran Soberano del mundo, que sin máquinas de guerra había derribado los muros de Jericó en tiempo de Josué, se lanzaron ferozmente contra los muros. (2 Macabeos 12, 15)

  • Dio a los suyos esta contraseña: «Victoria de Dios», y atacó de noche con los más escogidos de los jóvenes de su ejército la tienda del rey, acuchillando hasta dos mil hombres, el mayor de los elefantes y su guía. (2 Macabeos 13, 15)

  • Los paganos que habían huido de Judea por temor a Judas, acudieron muy numerosos a Nicanor, pensando que las desgracias y la derrota de los judíos serían victoria para ellos. (2 Macabeos 14, 14)

  • Nicanor estaba tan seguro de la victoria, que se propuso levantar un monumento con los despojos de Judas y de los suyos. (2 Macabeos 15, 6)

  • Alentaba a los suyos a no temer el ataque de los paganos y a no olvidar las veces que Dios los había ayudado, convencido de que también ahora Dios les daría la victoria. (2 Macabeos 15, 8)

  • Entonces el Macabeo contempló la muchedumbre que tenía delante y que los combatía con tantas armas diversas, con el apoyo de feroces elefantes; levantó las manos al cielo e invocó al Señor que obra prodigios, pues bien sabía que da la victoria a los que la merecen y que ésta no depende de las armas, sino de la voluntad de Dios. (2 Macabeos 15, 21)

  • Se equipa al caballo para el día del combate, pero la victoria depende de Yavé. (Proverbios 21, 31)

  • calcula bien cuando hagas la guerra, porque la victoria depende de lo que muchos han sabido pensar. (Proverbios 24, 6)

  • Lo guardó de sus enemigos y lo protegió de los que le tendían trampas. Le dio la victoria en un rudo combate para hacerle entender que la piedad es más poderosa que cualquier otra cosa. (Sabiduría 10, 12)

  • Crecí como las palmeras de Engadi, como los adelfales de Jericó, como un magnífico olivo en la llanura. (Sirácides (Eclesiástico) 24, 14)

  • Había clamado al Señor, al Altísimo, y éste le dio a su brazo la fuerza para acabar con ese terrible combatiente; así le dio la victoria a su pueblo. (Sirácides (Eclesiástico) 47, 5)

  • ¿Quién ha mandado desde el Oriente a aquel que se topa con la victoria a cada paso? ¿Quién le entrega las naciones y le somete los reyes? Su espada los convierte en polvo y las flechas de su arco los dispersan como paja. (Isaías 41, 2)


“O mais belo Credo é o que se pronuncia no escuro, no sacrifício, com esforço”. São Padre Pio de Pietrelcina