Trouvé 67 Résultats pour: Hiciste

  • Y ahora, Señor, Dios de Israel, cumple en favor de tu servidor David, mi padre, la promesa que le hiciste, diciendo: ‘Nunca te faltará un descendiente que esté sentado delante de mí en el trono de Israel, con tal que tus hijos vigilen su conducta, caminando conforme a mi Ley, como has caminado tú’. (II Crónicas 6, 16)

  • Y ahora, Dios de Israel, que se verifique la promesa que hiciste a mi padre, tu servidor David. (II Crónicas 6, 17)

  • Y Esdras dijo: "¡Tú eres el Señor, sólo tú! Tú hiciste los cielos, lo más alto del cielo y todo su ejército, la tierra y todo lo que hay en ella, los mares y todo lo que contienen. A todo eso le das vida, y el ejército del cielo se postra ante ti. (Nehemías 9, 6)

  • Tú, Señor, eres el Dios que elegiste a Abrám, lo hiciste salir de Ur de los caldeos y le pusiste por nombre Abraham. (Nehemías 9, 7)

  • Hiciste signos y prodigios contra el Faraón, contra sus servidores y todo el pueblo de su país, porque sabías con qué arrogancia los habían tratado; así adquiriste un renombre que perdura hasta hoy. (Nehemías 9, 10)

  • Les hiciste conocer tu santo día sábado y les prescribiste mandamientos, preceptos y una Ley, por medio de Moisés, tu servidor. (Nehemías 9, 14)

  • Tú les diste pan del cielo para saciar su hambre, hiciste brotar agua de la roca para calmar su sed, y les mandaste ir a tomar posesión de la tierra que, con la mano en alto, habías jurado darles. (Nehemías 9, 15)

  • Tú creaste a Adán e hiciste a Eva, su mujer, para que le sirviera de ayuda y de apoyo, y de ellos dos nació el género humano. Tú mismo dijiste: ‘No conviene que el hombre esté solo. Hagámosle una ayuda semejante a él’. (Tobías 8, 6)

  • Acuérdate que me hiciste de la arcilla y que me harás retornar al polvo. (Job 10, 9)

  • Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y esplendor; (Salmos 8, 6)

  • me hiciste dar largos pasos, y no se doblaron mis tobillos. (Salmos 18, 37)

  • Tú, Señor, me levantaste del Abismo y me hiciste revivir, cuando estaba entre los que bajan al sepulcro. (Salmos 30, 4)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina