Trouvé 32 Résultats pour: Limosna

  • como a todos los que practican la justicia. Da limosna de tus bienes y no lo hagas de mala gana. No apartes tu rostro del pobre y el Señor no apartará su rostro de ti. (Tobías 4, 7)

  • Da limosna según la medida de tus posibilidades: si tienes poco, no temas dar de lo poco que tienes. (Tobías 4, 8)

  • Porque la limosna libra de la muerte e impide caer en las tinieblas: (Tobías 4, 10)

  • la limosna es, para todos los que la hacen, una ofrenda valiosa a los ojos del Altísimo. (Tobías 4, 11)

  • Comparte tu pan con los que tienen hambre y tus vestidos con los que están desnudos. Da limosna de todo lo que te sobra y no lo hagas de mala gana. (Tobías 4, 16)

  • Vale más la oración con el ayuno y la limosna con la justicia, que la riqueza con la iniquidad. Vale más hacer limosna que amontonar oro. (Tobías 12, 8)

  • La limosna libra de la muerte y purifica de todo pecado. Los que dan limosna gozarán de una larga vida. (Tobías 12, 9)

  • Ahora, hijos míos, yo les recomiendo que sirvan a Dios de verdad y que hagan lo que a él le agrada. Manden a sus hijos que practiquen la justicia y la limosna, que se acuerden de Dios y bendigan de verdad su Nombre, siempre y con todas sus fuerzas. (Tobías 14, 8)

  • Vean entonces, hijos míos, cuál es el fruto de la limosna y cuál el de la injusticia que lleva a la muerte. Pero ya me falta el aliento". Entonces lo tendieron sobre su lecho, y él murió y fue enterrado honrosamente. (Tobías 14, 11)

  • Que sus hijos vayan errantes, pidiendo limosna, y sean echados de sus casas derruidas; (Salmos 109, 10)

  • El agua apaga las llamas del fuego y la limosna expía los pecados. (Eclesiástico 3, 30)

  • No dejes de orar confiadamente ni te olvides de dar limosna. (Eclesiástico 7, 10)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina