Trouvé 176 Résultats pour: San Judas

  • Los soldados ocuparon sus posiciones, y Judas atacó la ciudad todo aquel día y toda la noche, hasta que cayó en sus manos. (I Macabeos 5, 50)

  • Durante todo el trayecto, Judas fue recogiendo a los rezagados y animando al pueblo hasta llegar a la tierra de Judá. (I Macabeos 5, 53)

  • Cuando Judas y Jonatán estaban en el país de Galaad, y su hermano Simón en Galilea, frente Tolemaida, (I Macabeos 5, 55)

  • Este fue un grave desastre para el pueblo por no haber obedecido a Judas y a sus hermanos, creyéndose capaces de grandes hazañas. (I Macabeos 5, 61)

  • El valiente Judas y sus hermanos alcanzaron gran celebridad en todo Israel y en todas las naciones donde se oía hablar de ellos. (I Macabeos 5, 63)

  • Judas salió con sus hermanos para hacer la guerra a los descendientes de Esaú, en la región meridional. Se apoderó de Hebrón y de sus poblados, destruyó sus fortificaciones e incendió las torres de su alrededor. (I Macabeos 5, 65)

  • En seguida Judas se desvió hacia Azoto, en territorio filisteo: allí derribó sus altares, incendió las estatuas de sus dioses, saqueó sus ciudades, y finalmente, regresó al país de Judea. (I Macabeos 5, 68)

  • Judas resolvió acabar con ellos y convocó a todo el ejército para sitiarlos. (I Macabeos 6, 19)

  • Entonces Judas levantó el sitio de la Ciudadela y acampó en Betzacaría, frente al campamento del rey. (I Macabeos 6, 32)

  • Entonces Judas se adelantó con sus tropas para entrar en batalla, y cayeron seiscientos hombres del ejército real. (I Macabeos 6, 42)

  • Ellos acusaron al pueblo delante del rey, diciendo: "Judas y sus hermanos han eliminado a todos tus adictos y a nosotros nos han expulsado de nuestro país. (I Macabeos 7, 6)

  • Ellos partieron con un ejército numeroso y, al llegar al territorio de Judá, enviaron mensajeros a Judas y a sus hermanos con falsas propuestas de paz. (I Macabeos 7, 10)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina