Trouvé 54 Résultats pour: Tributo

  • Pero el rey de Asiria descubrió que Oseas conspiraba: este, en efecto, había enviado mensajeros a So, rey de Egipto, y no había hecho llegar a Asiria el tributo anual. Entonces el rey de Asiria hizo arrestar a Oseas y lo encerró en una prisión. (II Reyes 17, 4)

  • El faraón Necao lo encadenó en Riblá, en el país de Jamat, para impedir que reinara en Jerusalén, e impuso al país un tributo de cien talentos de plata y un talento de oro. (II Reyes 23, 33)

  • También derrotó a los moabitas, y estos pasaron a ser vasallos de David, sometidos a tributo. (I Crónicas 18, 2)

  • Luego puso gobernadores en Arám de Damasco, y los arameos pasaron a ser vasallos de David, sometidos a tributo. El Señor daba la victoria a David en todas sus campañas. (I Crónicas 18, 6)

  • Algunos filisteos trajeron a Josafat presentes y plata en calidad de tributo. También los árabes le trajeron siete mil setecientos carneros y siete mil setecientos chivos. (II Crónicas 17, 11)

  • Los amonitas le pagaban tributo, y su fama se extendió hasta las fronteras de Egipto, porque se había hecho muy poderoso. (II Crónicas 26, 8)

  • El rey de Egipto lo destituyó para que no reinara en Jerusalén, e impuso al país un tributo de cien talentos de plata y un talento de oro. (II Crónicas 36, 3)

  • Y había otros que decían: "Hemos tenido que hipotecar nuestros campos y nuestras viñas para pagar el tributo al rey. (Nehemías 5, 4)

  • El rey Asuero impuso un tributo al continente y a las islas del mar. (Ester 10, 1)

  • porque las montañas le aportan un tributo, y también las fieras que retozan en ellas. (Job 40, 20)

  • A causa de tu Templo, que está en Jerusalén, los reyes te presentarán tributo. (Salmos 68, 30)

  • que los reyes de Tarsis y de las costas lejanas le paguen tributo. Que los reyes de Arabia y de Sebá le traigan regalos; (Salmos 72, 10)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina