Trouvé 764 Résultats pour: días santos

  • saludan a la Iglesia de Dios que reside en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser santos, junto con todos aquellos que en cualquier parte invocan el nombre de Jesucristo, nuestro Señor, Señor de ellos y nuestro. (I Corintios 1, 2)

  • ¿Cómo es posible que cuando uno de ustedes tiene algún conflicto con otro, se atreve a reclamar justicia a los injustos, en lugar de someterse al juicio de los santos? (I Corintios 6, 1)

  • ¿No saben ustedes que los santos juzgarán al mundo? Y si el mundo va a ser juzgado por ustedes, ¿cómo no van a ser capaces de juzgar asuntos de mínima importancia? (I Corintios 6, 2)

  • porque Dios quiere la paz y no el desorden. Como en todas las Iglesias de los santos, (I Corintios 14, 33)

  • En cuanto a la colecta en beneficio de los santos de Jerusalén, sigan las mismas instrucciones que di a las Iglesias de Galacia. (I Corintios 16, 1)

  • Pablo, Apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, saludan a la Iglesia de Dios que reside en Corinto, junto con todos los santos que viven en la provincia de Acaya. (II Corintios 1, 1)

  • Porque este servicio sagrado, no sólo satisface las necesidades de los santos, sino que también es una fuente abundante de acciones de gracias a Dios. (II Corintios 9, 12)

  • Tres años más tarde, fui desde allí a Jerusalén para visitar a Pedro, y estuve con él quince días. (Gálatas 1, 18)

  • ¡Observar los días, los meses, las estaciones y los años! (Gálatas 4, 10)

  • Pablo, Apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, saluda a los santos que creen en Cristo Jesús. (Efesios 1, 1)

  • y nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor. (Efesios 1, 4)

  • Que él ilumine sus corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido llamados, los tesoros de gloria que encierra su herencia entre los santos, (Efesios 1, 18)


“Desapegue-se daquilo que não é de Deus e não leva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina