Trouvé 82 Résultats pour: esclavos

  • pero otros no hicieron caso de esta amenaza y dejaron en el campo a sus esclavos y su ganado. (Exodo 9, 21)

  • Y cuando, el día de mañana, tu hijo te pregunte qué significa esto, tú le responderás: "Con el poder de su mano, el Señor nos sacó de Egipto, donde fuimos esclavos. (Exodo 13, 14)

  • Si un hombre vende a su hija como esclava, ella no saldrá en libertad como salen los esclavos. (Exodo 21, 7)

  • Pero si un sacerdote adquiere con su dinero un esclavo, este podrá comer de las cosas sagradas; y también los esclavos nacidos en su casa podrán comer de su pan. (Levítico 22, 11)

  • Porque ellos son mis servidores: yo los hice salir de Egipto, y por eso no deben ser vendidos como esclavos. (Levítico 25, 42)

  • Los esclavos y esclavas que ustedes tengan, provendrán de las naciones vecinas: solamente de ellas podrán adquirirlos. (Levítico 25, 44)

  • y podrán dejarlos como herencia a sus hijos, para que los posean como propiedad perpetua. A estos podrán tenerlos como esclavos; pero nadie podrá ejercer un poder despótico sobre sus hermanos israelitas. (Levítico 25, 46)

  • Yo soy el Señor, su Dios, el que los hice salir de Egipto para que no fueran más sus esclavos. Yo rompí las barras de su yugo y los hice caminar con la cabeza erguida. (Levítico 26, 13)

  • tu deberás responderle: "Nosotros fuimos esclavos del Faraón en Egipto, pero el Señor nos hizo salir de allí con mano poderosa. (Deuteronomio 6, 21)

  • Y ustedes se alegrarán en la presencia del Señor, su Dios, junto con sus hijos y sus hijas, sus esclavos y sus esclavas, y también con el levita que viva en sus ciudades, ya que él no tendrá posesión ni herencia entre ustedes. (Deuteronomio 12, 12)

  • El Señor te hará volver en barcos a Egipto, por ese camino del que yo te dije: "No lo volverás a ver". Allí, ustedes se venderán a sus enemigos como esclavos y esclavas, pero nadie querrá comprarlos. (Deuteronomio 28, 68)

  • Sí, el Señor hará justicia con su pueblo y tendrá compasión de sus servidores. Cuando vea que sus manos flaquean y ya no quedan esclavos ni hombres libres, (Deuteronomio 32, 36)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina