Trouvé 469 Résultats pour: fiesta de los judíos

  • Y al ver al rey de pie sobre el estrado, junto a la entrada, a los jefes y las trompetas junto al rey, a todo el pueblo que estaba de fiesta y tocaba las trompetas, y a los cantores que dirigían las aclamaciones con sus instrumentos musicales, rasgó sus vestiduras y gritó: "¡Traición! ¡Traición!". (II Crónicas 23, 13)

  • Una gran multitud se reunió en Jerusalén para celebrar la fiesta de los Ácimos en el segundo mes: fue una asamblea muy numerosa. (II Crónicas 30, 13)

  • Los israelitas que se encontraban en Jerusalén celebraron con gran alegría la fiesta de los Ácimos durante siete días, mientras los levitas y los sacerdotes alababan diariamente al Señor con todas sus fuerzas. (II Crónicas 30, 21)

  • Luego toda la asamblea resolvió prolongar la fiesta siete días más, y así pasaron otros siete días de gran alegría. (II Crónicas 30, 23)

  • Una vez terminada la fiesta, los israelitas que se encontraban allí salieron por las ciudades de Judá y destrozaron las piedras conmemorativas, talaron los postes sagrados y demolieron los lugares altos y los altares de todo Judá y Benjamín, y también los de Efraím y Manasés, hasta destruirlos completamente. Luego todos los israelitas regresaron a sus ciudades, cada uno a su posesión. (II Crónicas 31, 1)

  • Los israelitas que se encontraban allí celebraron la Pascua en aquella ocasión, y también la fiesta de los Ácimos durante siete días. (II Crónicas 35, 17)

  • También celebraron la fiesta de las Chozas, como está prescrito, ofreciendo diariamente el número de holocaustos fijado para cada día. (Esdras 3, 4)

  • El rey ha de saber que los judíos que estaban a tu lado y llegaron a Jerusalén están reconstruyendo esta ciudad rebelde y perversa: tratan de restaurar sus murallas y reparan sus cimientos. (Esdras 4, 12)

  • Apenas la copia del documento del rey Artajerjes fue leída delante del gobernador Rejúm, del secretario Simsai, y de sus colegas, ellos partieron rápidamente hacia Jerusalén, donde estaban los judíos, y por la fuerza de las armas, les obligaron a suspender los trabajos. (Esdras 4, 23)

  • Entonces el profeta Ageo y el profeta Zacarías, hijo de Idó, comenzaron a profetizar a los judíos de Judea y de Jerusalén, en nombre del Dios de Israel que velaba sobre ellos. (Esdras 5, 1)

  • Pero Dios tenía puesta su mirada sobre los ancianos de los judíos, y no se los obligó a suspender los trabajos, hasta tanto se hiciera llegar un informe a Darío y se recibiera una respuesta oficial acerca de este asunto. (Esdras 5, 5)

  • Dejen trabajar en esa Casa de Dios al comisionado de Judea y a los ancianos de los judíos. Que se reconstruya esa Casa de Dios en el mismo sitio. (Esdras 6, 7)


“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina