Trouvé 266 Résultats pour: libro sagrado

  • El resto de los hechos de Amasías, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá? (II Reyes 14, 18)

  • El resto de los hechos de Jeroboám y todo lo que él hizo, así como la valentía con que combatió y cómo recuperó para Israel a Damasco y Jamat, que habían pertenecido a Judá, ¿no está escrito todo eso en el libro de los Anales de los reyes de Israel? (II Reyes 14, 28)

  • El resto de los hechos de Azarías y todo lo que él hizo, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá? (II Reyes 15, 6)

  • El resto de los hechos de Zacarías está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel. (II Reyes 15, 11)

  • El resto de los hechos de Salúm y la conspiración que urdió, todo eso está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel. (II Reyes 15, 15)

  • El resto de los hechos de Menajém y todo lo que él hizo, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel? (II Reyes 15, 21)

  • El resto de los hechos de Pecajías, todo lo que él hizo, está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel. (II Reyes 15, 26)

  • El resto de los hechos de Pécaj, todo lo que él hizo, está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel. (II Reyes 15, 31)

  • El resto de los hechos de Jotám, todo lo que él hizo, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá? (II Reyes 15, 36)

  • El resto de los hechos de Ajaz, todo lo que él hizo, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá? (II Reyes 16, 19)

  • Abandonaron todos los mandamientos del Señor, su Dios, y se hicieron ídolos de metal fundido -¡dos terneros!- erigieron un poste sagrado, se postraron delante de todo el Ejército de los cielos y sirvieron a Baal. (II Reyes 17, 16)

  • Hizo desaparecer los lugares altos, rompió las piedras conmemorativas, taló el poste sagrado e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta esos días los israelitas le quemaban incienso; se la llamaba Nejustán. (II Reyes 18, 4)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina