Trouvé 479 Résultats pour: padres

  • El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, glorificó a su servidorJesús, a quien ustedes entregaron, renegando de él delante de Pilato, cuando este había resuelto ponerlo en libertad. (Hechos 3, 13)

  • El Dios de nuestros padres ha resucitado a Jesús, al que ustedes hicieron morir suspendiéndolo del patíbulo. (Hechos 5, 30)

  • Él respondió: «Hermanos y padres, escuchen: El Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abraham, cuando aún estaba en la Mesopotamia, antes de establecerse en Jarán, (Hechos 7, 2)

  • Luego sobrevino una época de hambrey de extrema miseria en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y nuestros padres no tenían qué comer. (Hechos 7, 11)

  • Jacob, al enterarse de que en Egipto había trigo, decidió enviar allí a nuestros padres. Esta fue la primera visita. (Hechos 7, 12)

  • Jacob se radicó entonces en Egipto, y allí murió, lo mismo que nuestros padres. (Hechos 7, 15)

  • Este rey, empleando la astuciacontra nuestro pueblo, maltratóa nuestros padres y los obligó a que abandonaran a sus hijos recién nacidos para que no sobrevivieran. (Hechos 7, 19)

  • "Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob".Moisés, atemorizado, no se atrevía a mirar. (Hechos 7, 32)

  • Y cuando el pueblo estaba congregadoen el desierto, él hizo de intermediario en el monte Sinaí, entre el ángel que le habló y nuestros padres, y recibió las palabras de vida que luego nos comunicó. (Hechos 7, 38)

  • Pero nuestros padres no sólo se negaron a obedecerle, sino que lo rechazaron y, sintiendo una gran nostalgia por Egipto, (Hechos 7, 39)

  • En el desierto, nuestros padres tenían la Morada del Testimonio. Así lo había dipuesto Dios, cuando ordenó a Moisés que la hiciera conforme al modeloque había visto. (Hechos 7, 44)

  • Nuestros padres recibieron como herencia esta Morada y, bajo la guía de Josué, la introdujeron en el país conquistado a los pueblos que Dios iba expulsando a su paso. Así fue hasta el tiempo de David. (Hechos 7, 45)


O maldito “eu” o mantém apegado à Terra e o impede de voar para Jesus. São Padre Pio de Pietrelcina