Trouvé 212 Résultats pour: pecados

  • Que tus oídos estén atentos y tus ojos abiertos, para escuchar la plegaria de tu servidor, la que ahora yo te dirijo día y noche por los israelitas, tus servidores, confesando sus pecados, porque hemos pecado contra ti. ¡Sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado! (Nehemías 1, 6)

  • Los de la estirpe de Israel se separaron de todos los extranjeros y se presentaron para confesar sus pecados y las faltas de sus padres. (Nehemías 9, 2)

  • Una vez ubicados en sus puestos, durante una cuarta parte del día se leyó el libro de la Ley del Señor, su Dios, y durante otra cuarta parte, confesaron sus pecados y se postraron delante del Señor, su Dios. (Nehemías 9, 3)

  • Sus abundantes productos son para los reyes que tú nos has impuesto a causa de nuestros pecados, y ellos disponen a su arbitrio de nuestras personas y nuestro ganado. ¡En qué opresión hemos caído!". (Nehemías 9, 37)

  • para el pan de la ofrenda y la oblación perpetua, para el holocausto diario y los sacrificios del sábado, de las neomenias y solemnidades, para las ofrendas consagradas y los sacrificios de expiación por los pecados de Israel, en una palabra, para todo el servicio de la Casa de nuestro Dios. (Nehemías 10, 34)

  • Y ahora, Señor, acuérdate de mí y mírame; no me castigues por mis pecados y mis errores, ni por los que mis padres cometieron delante de ti. (Tobías 3, 3)

  • Sí, todos tus juicios son verdaderos, cuando me tratas así por mis pecados, ya que no hemos cumplido tus mandamientos ni hemos caminado en la verdad delante de ti. (Tobías 3, 5)

  • Los conjuramos por el cielo y por la tierra, y también por nuestro Dios y Señor de nuestros padres, que nos castiga por nuestros pecados y por las transgresiones de nuestros antepasados; hagan hoy mismo lo que les decimos". (Judit 7, 28)

  • ¿Cuántas son mis culpas y mis pecados? Dame a conocer mi rebeldía y mi pecado. (Job 13, 23)

  • No recuerdes los pecados ni las rebeldías de mi juventud: por tu bondad, Señor, acuérdate de mi según tu fidelidad. (Salmos 25, 7)

  • Mira mi aflicción y mis fatigas, y perdona todos mis pecados. (Salmos 25, 18)

  • no hay parte sana en mi carne, a causa de tu furor. No hay nada intacto en mis huesos, a causa de mis pecados; (Salmos 38, 4)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina