Trouvé 377 Résultats pour: territorio enemigo

  • Por eso, así habla el Señor: El enemigo cercará el país, te despojará de tu poderío y tus palacios serán saqueados. (Amós 3, 11)

  • Pasen por Calné y vean, de allí, vayan a Jamat la grande, bajen después a Gat de Filistea. ¿Son ellas más prósperas que estos reinos, y su territorio es más grande que el de ustedes? (Amós 6, 2)

  • Los del Négueb poseerán la montaña de Esaú y la Sefelá, el país de los filisteos; ellos poseerán el territorio de Efraím y el territorio de Samaría, y Benjamín ocupará Galaad. (Abdías 1, 19)

  • Desde hace tiempo, mi pueblo se erige en enemigo; ustedes arrancan el manto de encima de la ropa a los que pasan confiados, al volver de la guerra. (Miqueas 2, 8)

  • También tú serás embriagada y quedarás embotada. También tú buscarás un refugio delante del enemigo. (Nahún 3, 11)

  • ¡Tus tropas, dentro de ti, son una sarta de mujeres! A tu enemigo se le abren de par en par las puertas de tu país: ¡el fuego ha devorado tu cerrojos! (Nahún 3, 13)

  • Yo escuché los insultos de Moab y las injurias de los amonitas, cuando insultaron a mi pueblo y se engrandecieron a costa de su territorio. (Sofonías 2, 8)

  • Porque antes de estos días no había salario para los hombres ni ración para los animales, ni había seguridad para los que iban y venían, a causa del enemigo: yo había lanzado a todos los hombres, unos contra otros. (Zacarías 8, 10)

  • Si Edóm dice: "¡Hemos sido destruidos, pero reconstruiremos nuestras ruinas!", así habla el Señor de los ejércitos: Ellos edificarán, y yo demoleré, se los llamará "Territorio de maldad" y "Pueblo contra quien el Señor está enojado para siempre". (Malaquías 1, 4)

  • Ustedes lo verán con sus ojos y dirán: "¡Grande es el Señor, aún más allá del territorio de Israel!". (Malaquías 1, 5)

  • Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. (Mateo 5, 43)

  • Toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, al verlo, le rogaron que se fuera de su territorio. (Mateo 8, 34)


“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina