Trouvé 275 Résultats pour: Babilonia

  • Todos los hombres de valor, en núnero de 7.000, los herreros y cerrajeros, un millar, todos los hombres aptos para la guerra, el rey de Babilonia los llevó deportados a Babilonia. (II Reyes 24, 16)

  • El rey de Babilonia puso por rey, en lugar de Joaquín, a su tío Mattanías, cambiando su nombre en Sedecías. (II Reyes 24, 17)

  • Esto sucedió a causa de la cólera de Yahveh contra Jerusalén y Judá, hasta que los arrojó de su presencia. Sedecías se rebeló contra el rey de Babilonia. (II Reyes 24, 20)

  • En el año noveno de su reinado, en el mes décimo, el diez del mes, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército contra Jerusalén; acampó contra ella y la cercaron con una empalizada. (II Reyes 25, 1)

  • Capturaron al rey y lo subieron a Riblá donde el rey de Babilonia, que lo sometió a juicio. (II Reyes 25, 6)

  • Los hijos de Sedecías fueron degollados a su vista, y a Sedecías le sacó los ojos, le encadenó y le llevó a Babilonia. (II Reyes 25, 7)

  • En el mes quinto, el siete del mes, en el año diecinueve de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nebuzaradán, jefe de la guardia, siervo del rey de Babilonia, vino a Jerusalén. (II Reyes 25, 8)

  • Cuanto al resto del pueblo que quedaba en la ciudad, los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia y el resto de la gente, Nebuzaradán, jefe de la guardia, los deportó. (II Reyes 25, 11)

  • Los caldeos rompieron las columnas de bronce que había en la Casa de Yahveh, las basas, el Mar de bronce de la Casa de Yahveh, y se llevaron el bronce a Babilonia. (II Reyes 25, 13)

  • Nebuzaradán, jefe de la guardia, los tomó y los llevó a Riblá, donde el rey de Babilonia; (II Reyes 25, 20)

  • y el rey de Babilonia los hirió haciéndoles morir en Riblá, en el país de Jamat. Así fue deportado Judá, lejos de su tierra. (II Reyes 25, 21)

  • Al pueblo que quedó en la tierra de Judá y que había dejado Nabucodonosor, rey de Babilonia, le puso por gobernador a Godolías, hijo de Ajicam, hijo de Safán. (II Reyes 25, 22)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina