Trouvé 29 Résultats pour: Defensa

  • Lisias entonces subió a la tribuna e hizo la mejor defensa que pudo; les convenció y calmó, y les dispuso a la benevolencia. Luego partió hacia Antioquía. Así sucedió con la expedición y la retirada del rey. (II Macabeos 13, 26)

  • Animados por estas bellísimas palabras de Judas, capaces de estimular al valor y de robustecer las almas jóvenes, decidieron no resguardarse en la defensa, sino lanzarse valerosamente a la ofensiva y que, en un cuerpo a cuerpo, la fortuna decidiera, porque peligraban la ciudad, la religión y el Templo. (II Macabeos 15, 17)

  • No la abandones y ella te guardará, ámala y ella será tu defensa. (Proverbios 4, 6)

  • porque los que guarden santamente las cosas santas, serán reconocidos santos, y los que se dejen instruir en ellas, encontrarán defensa. (Sabiduría 6, 10)

  • que pronto un hombre irreprochable salió en su defensa. Con las armas de su propio ministerio, la oración y el incienso expiatorio, se enfrentó a la ira y dio fin a la plaga, mostrando con ello que era en verdad siervo tuyo. (Sabiduría 18, 21)

  • Entonces cayó la defensa de Judá. Contemplasteis aquel día el arsenal de la Casa del Bosque. (Isaías 22, 8)

  • «Aducid vuestra defensa - dice Yahveh - allegad vuestras pruebas - dice el rey de Jacob. (Isaías 41, 21)

  • Su Redentor esforzado, Yahveh Sebaot se llama. El tomará la defensa de su causa hasta hacer temblar la tierra y estremecerse a los habitantes de Babilonia. (Jeremías 50, 34)

  • Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, (Lucas 21, 14)

  • Y al ver que uno de ellos era maltratado, tomó su defensa y vengó al oprimido matando al egipcio. (Hechos 7, 24)

  • «Hermanos y padres, escuchad la defensa que ahora hago ante vosotros.» (Hechos 22, 1)

  • Entonces el procurador concedió la palabra a Pablo y éste respondió: «Yo sé que desde hace muchos años vienes juzgando a esta nación; por eso con toda confianza voy a exponer mi defensa. (Hechos 24, 10)


“Tente percorrer com toda a simplicidade o caminho de Nosso Senhor e não se aflija inutilmente.” São Padre Pio de Pietrelcina