Trouvé 6100 Résultats pour: Dios está con nosotros

  • Entonces dijo el que está sentado en el trono: «Mira que hago un mundo nuevo.» Y añadió: «Escribe: Estas son palabras ciertas y verdaderas.» (Apocalipsis 21, 5)

  • Me dijo también: «Hecho está: yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin; al que tenga sed, yo le daré del manantial del agua de la vida gratis. (Apocalipsis 21, 6)

  • Esta será la herencia del vencedor: yo seré Dios para él, y él será hijo para mi. (Apocalipsis 21, 7)

  • Me trasladó en espíritu a un monte grande y alto y me mostró la Ciudad Santa de Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, (Apocalipsis 21, 10)

  • y tenía la gloria de Dios. Su resplandor era como el de una piedra muy preciosa, como jaspe cristalino. (Apocalipsis 21, 11)

  • El material de esta muralla es jaspe y la ciudad es de oro puro semejante al vidrio puro. (Apocalipsis 21, 18)

  • Pero no vi Santuario alguno en ella; porque el Señor, el Dios Todopoderoso, y el Cordero, es su Santuario. (Apocalipsis 21, 22)

  • La ciudad no necesita ni de sol ni de luna que la alumbren, porque la ilumina la gloria de Dios, y su lámpara es el Cordero. (Apocalipsis 21, 23)

  • Luego me mostró el río de agua de Vida, brillante como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero. (Apocalipsis 22, 1)

  • Y no habrá ya maldición alguna; el trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad y los siervos de Dios le darán culto. (Apocalipsis 22, 3)

  • Noche ya no habrá; no tienen necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los alumbrará y reinarán por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 22, 5)

  • Luego me dijo: «Estas palabras son ciertas y verdaderas; el Señor Dios, que inspira a los profetas, ha enviado a su Angel para manifestar a sus siervos lo que ha de suceder pronto. (Apocalipsis 22, 6)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina