Trouvé 55 Résultats pour: Haréis

  • Vosotros haréis una descripcíon del país en siete partes, y me la traeréis para que os la sortee aquí, en presencia de Yahveh nuestro Dios. (Josué 18, 6)

  • Les dijo: «Miradme a mí y haced lo mismo. Cuando llegue yo al extremo del campamento, lo que yo haga lo haréis vosotros. (Jueces 7, 17)

  • Ahora, pues tomad y preparad una carreta nueva y dos vacas que estén criando y que no hayan llevado yugo; unciréis las vacas a la carreta y haréis volver sus becerros al establo. (I Samuel 6, 7)

  • Sirvieron a los ídolos acerca de los que Yahveh les había dicho: «No haréis tal cosa.» (II Reyes 17, 12)

  • Despreciaron sus decretos y la alianza que hizo con sus padres y las advertencias que les hizo, caminando en pos de vanidades, haciéndose ellos mismos vanidad, en pos de las naciones que les rodeaban, acerca de las que Yahveh les había ordenado: «No haréis como ellas.» (II Reyes 17, 15)

  • En todo pleito que venga a vosotros de parte de vuestros hermanos que habitan en sus ciudades, sean causas de sangre o cuestiones de la Ley, de los mandamientos, decretos y sentencias, habéis de esclarecerlos, a fin de que no se hagan culpables para con Yahveh y se encienda su ira contra vosotros y contra vuestros hermanos. Obrando así, no os haréis culpables. (II Crónicas 19, 10)

  • Haréis, pues, bien no teniendo en cuenta las cartas que os ha enviado Amán, hijo de Hamdatá, (Ester 16, 17)

  • «¿Hasta cuándo juzgaréis inicuamente, y haréis acepción de los impíos? (Salmos 82, 2)

  • Y ahora haréis bien en contestarnos a esto.» (I Macabeos 12, 18)

  • Y ahora que estamos enterados de esto, haréis bien escribiéndonos sobre vuestro bienestar. (I Macabeos 12, 22)

  • A punto ya de celebrar la purificación, os escribimos: Bien haréis también en celebrar estos días. (II Macabeos 2, 16)

  • Pues ¿qué haréis para el día de la cuenta y la devastación que de lontananza viene? ¿a quién acudiréis para pedir socorro? ¿dónde dejaréis vuestra gravedad? (Isaías 10, 3)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina