Trouvé 38 Résultats pour: Jardín

  • Yo le había embellecido con follaje abundante, y le envidiaban todos los árboles de Edén, los del jardín de Dios. (Ezequiel 31, 9)

  • Y se dirá: «Esta tierra, hasta ahora devastada, se ha hecho como jardín de Edén, y las ciudades en ruinas, devastadas y demolidas, están de nuevo fortificadas y habitadas.» (Ezequiel 36, 35)

  • Joaquín era muy rico, tenía un jardín contiguo a su casa, y los judíos solían acudir donde él, porque era el más prestigioso de todos. (Daniel 13, 4)

  • Cuando todo el mundo se había retirado ya, a mediodía, Susana entraba a pasear por el jardín de su marido. (Daniel 13, 7)

  • Mientras estaban esperando la ocasión favorable, un día entró Susana en el jardín como los días precedentes, acompañada solamente de dos jóvenes doncellas, y como hacía calor quiso bañarse en el jardín. (Daniel 13, 15)

  • Dijo ella a las doncellas: «Traedme aceite y perfume, y cerrad las puertas del jardín, para que pueda bañarme.» (Daniel 13, 17)

  • Ellas obedecieron, cerraron las puertas del jardín y salieron por la puerta lateral para traer lo que Susana había pedido; no sabían que los ancianos estaban escondidos. (Daniel 13, 18)

  • y le dijeron: «Las puertas del jardín están cerradas y nadie nos ve. Nosotros te deseamos; consiente, pues, y entrégate a nosotros. (Daniel 13, 20)

  • y uno de ellos corrió a abrir las puertas del jardín. (Daniel 13, 25)

  • Al oír estos gritos en el jardín, los domésticos se precipitaron por la puerta lateral para ver qué ocurría, (Daniel 13, 26)

  • Los ancianos dijeron: «Mientras nosotros nos paseábamos solos por el jardín, entró ésta con dos doncellas. Cerró las puertas y luego despachó a las doncellas. (Daniel 13, 36)

  • Nosotros, que estábamos en un rincón del jardín, al ver esta iniquidad, fuimos corriendo donde ellos. (Daniel 13, 38)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina