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  • Pequeño soy y despreciado, mas no olvido tus ordenanzas. (Salmos 119, 141)

  • al pequeño, por piedad, se le perdona, pero los poderosos serán poderosamente examinados. (Sabiduría 6, 6)

  • Que el Señor de todos ante nadie retrocede, no hay grandeza que se le imponga; al pequeño como al grande él mismo los hizo y de todos tiene igual cuidado, (Sabiduría 6, 7)

  • Ni en lo grande ni en lo pequeño yerres, ni de amigo te vuelvas enemigo. (Eclesiástico 5, 15)

  • Serán vecinos el lobo y el cordero, y el leopardo se echará con el cabrito, el novillo y el cachorro pacerán juntos, y un niño pequeño los conducirá. (Isaías 11, 6)

  • El más pequeño vendrá a ser un millar, el más chiquito, una nación poderosa. Yo, Yahveh, a su tiempo me apresuraré a cumplirlo. (Isaías 60, 22)

  • Porque es cierto que pequeño te hice yo entre las naciones, despreciable entre los hombres. (Jeremías 49, 15)

  • «Si no escucháis mi voz, esta misma grande, inmensa muchedumbre quedará reducida a un pequeño número en medio de las naciones donde yo los dispersaré. (Baruc 2, 29)

  • Sin embargo, dejaré que un pequeño número de ellos escapen a la espada, al hambre y a la peste, para que cuenten todas sus abominaciones entre las naciones adonde vayan, a fin de que sepan que yo soy Yahveh. (Ezequiel 12, 16)

  • Egipto será el más modesto de los reinos y no se alzará más sobre las naciones; le haré pequeño para que no vuelva a imponerse a las naciones. (Ezequiel 29, 15)

  • desde la cavidad del suelo hasta el zócalo inferior, dos codos por un codo de ancho; desde el zócalo pequeño hasta el grande, cuatro codos por un codo de ancho. (Ezequiel 43, 14)

  • Estaba yo observando los cuernos, cuando en esto despuntó entre ellos otro cuerno, pequeño, y tres de los primeros cuernos fueron arrancados delante de él. Tenía este cuerno ojos como los de un hombre, y una boca que decía grandes cosas. (Daniel 7, 8)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina