Trouvé 495 Résultats pour: altar de bronce

  • Un tal Alcimo, que antes había sido sumo sacerdote, pero que se había contaminado voluntariamente en tiempo de la rebelión, pensando que de ninguna forma había para él salvación ni acceso posible al altar sagrado, (II Macabeos 14, 3)

  • Entonces él extendiendo la diestra hacia el santuario, hizo este juramento: «Si no me entregáis encadenado a Judas, arrasaré este recinto sagrado de Dios, destruiré el altar, y aquí mismo levantaré un espléndido Templo a Dióniso.» (II Macabeos 14, 33)

  • Llegado allí convocó a sus compatriotas, puso a los sacerdotes ante el altar y mandó buscar a los de la Ciudadela. (II Macabeos 15, 31)

  • tú me ordenaste edificar un santuario en tu monte santo y un altar en la ciudad donde habitas, imitación de la Tienda santa que habías preparado desde el principio. (Sabiduría 9, 8)

  • No confíes jamás en tu enemigo, que cual bronce roñoso, así es su maldad. (Eclesiástico 12, 10)

  • Porque su yugo es yugo de hierro, y coyundas de bronce sus coyundas. (Eclesiástico 28, 20)

  • La ofrenda del justo unge el altar, su buen olor sube ante el Altísimo. (Eclesiástico 35, 5)

  • Ante el altar instituyó salmistas y con sus voces dio dulzura a los cantos. (Eclesiástico 47, 9)

  • Cuando se ponía la vestidura de gala y se vestía sus elegantes ornamentos, al subir al santo altar, llenaba de gloria el recinto del santuario. (Eclesiástico 50, 11)

  • Y cuando recibía las porciones de manos de los sacerdotes, él mismo de pie junto al hogar del altar, y en torno a él la corona de sus hermanos, como brotes de cedros en el Líbano; le rodeaban como tallos de palmera (Eclesiástico 50, 12)

  • alargaba su mano a la copa, hacía la libación del jugo de racimo, y lo derramaba al pie del altar, como calmante aroma al Altísimo Rey universal. (Eclesiástico 50, 15)

  • Entonces voló hacia mí uno de los serafines con una brasa en la mano, que con las tenazas había tomado de sobre el altar, (Isaías 6, 6)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina