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  • y apartaban lo destinado al holocausto para darlo a las secciones de las casas paternas de los hijos del pueblo, a fin de que lo ofreciesen a Yahveh conforme a lo escrito en el libro de Moisés. Lo mismo se hizo con los bueyes. (II Crónicas 35, 12)

  • Los deportados actuaron según lo convenido. El sacerdote Esdras escogió como colaboradores a los cabezas de familia, según sus casas, todos ellos designados nominalmente. Se comenzaron las sesiones para examinar el caso el día uno del décimo mes. (Esdras 10, 16)

  • Repararon a continuación Benjamín y Jassub frente a sus casas. Después de ellos Azarías, hijo de Maaseías, hijo de Ananías, reparó junto a su casa. (Nehemías 3, 23)

  • Al ver su miedo, me levanté y dije a los notables, a los consejeros y al resto del pueblo: «¡No les tengáis miedo; acordaos del Señor, grande y terrible, y combatid por vuestros hermanos, vuestros hijos y vuestras hijas, vuestras mujeres y vuestras casas!» (Nehemías 4, 8)

  • Había otros que decían: «Nosotros tenemos que empeñar nuestros campos, nuestras viñas y nuestras casas para conseguir grano en esta penuria.» (Nehemías 5, 3)

  • Restituidles inmediatamente sus campos, sus viñas, sus olivares y sus casas, y perdonadles la deuda del dinero, del trigo, del vino y del aceite que les habéis prestado.» (Nehemías 5, 11)

  • Ciudades fuertes conquistaron y una tierra generosa; y heredaron casas de toda suerte de bienes rebosantes, cisternas ya excavadas, viñas y olivares, árboles frutales sin medida: comieron, se saciaron, engordaron, se deleitaron en tus inmensos bienes. (Nehemías 9, 25)

  • Las plazas de Jerusalén serán soladas con rubí y piedra de Ofir; las puertas de Jerusalén entonarán cantos de alegría y todas sus casas cantarán: ¡Aleluya! ¡Bendito sea el Dios de Israel! Y los benditos bendecirán el Santo Nombre por todos los siglos de los siglos. (Tobías 13, 17)

  • ¡cuánto más a los que habitan estas casas de arcilla, ellas mismas hincadas en el polvo! Se les aplasta como a una polilla; (Job 4, 19)

  • y habitaba ciudades destruidas, casas inhabitadas que amenazaban convertirse en ruinas. (Job 15, 28)

  • Porque estrujó las chozas de los pobres, robó casas en vez de construirlas; (Job 20, 19)

  • En paz sus casas, nada temen, la vara de Dios no cae sobre ellos. (Job 21, 9)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina