Trouvé 63 Résultats pour: historia de Jueces 1

  • A los consejeros hace él andar descalzos, y entontece a los jueces. (Job 12, 17)

  • Y ahora, reyes, comprended, corregíos, jueces de la tierra. (Salmos 2, 10)

  • porque él se pone a la diestra del pobre para salvar su alma de sus jueces! (Salmos 109, 31)

  • reyes de la tierra y pueblos todos, príncipes y todos los jueces de la tierra, (Salmos 148, 11)

  • La historia de Judas Macabeo y de sus hermanos, la purificación del más grande Templo, la dedicación del altar, (II Macabeos 2, 19)

  • Porque al considerar la marea de números y la dificultad existente, por la amplitud de la materia, para los que quieren sumergirse en los relatos de la historia, (II Macabeos 2, 24)

  • profundizar, revolver las cuestiones y examinar punto por punto corresponde al que compone la historia; (II Macabeos 2, 30)

  • Comencemos, por tanto, desde ahora la narración, después de haber abundado tanto en los preliminares; pues sería absurdo abundar en lo que antecede a la historia y ser breve en la historia misma. (II Macabeos 2, 32)

  • Por mí los príncipes gobiernan y los magnates, todos los jueces justos. (Proverbios 8, 16)

  • Oíd, pues, reyes, y enteded. Aprended, jueces de los confines de la tierra. (Sabiduría 6, 1)

  • También los jueces, cada cual según su nombre, ellos cuyo corazón no se prostituyó, y que del Señor no se apartaron: ¡sea su recuerdo lleno de bendición, (Eclesiástico 46, 11)

  • Voy a volver a tus jueces como eran al principio, y a tus consejeros como antaño. Tras de lo cual se te llamará Ciudad de Justicia, Villa-leal. (Isaías 1, 26)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina