Trouvé 173 Résultats pour: murió

  • El pueblo que seguía a Omrí prevaleció sobre el pueblo que seguía a Tibní, hijo de Guinat; Tibní murió y reinó Omrí. (I Reyes 16, 22)

  • Llegaron los dos malvados, se sentaron frente a él y acusaron los malvados a Nabot delante del pueblo diciendo: «Nabot ha maldecido a Dios y al rey»; le sacaron fuera de la ciudad, le apedrearon y murió. (I Reyes 21, 13)

  • Arreció aquel día la batalla y el rey fue sostenido en pie en su carro frente a los arameos, y a la tarde murió; la sangre de la herida corría por el fondo del carro. (I Reyes 22, 35)

  • Murió según la palabra de Yahveh que Elías había dicho, y reinó en su lugar su hermano Joram, en el año segundo de Joram, hijo de Josafat, rey de Judá, porque él no tenía hijos. (II Reyes 1, 17)

  • Lo tomó y lo llevó a su madre. Estuvo sobre las rodillas de ella hasta el mediodía y murió. (II Reyes 4, 20)

  • El rey había puesto de vigilancia a la puerta al escudero en cuyo brazo se apoyaba; pero el pueblo le pisoteó en la puerta y murió, según la palabra del hombre de Dios, cuando el rey bajó donde él. (II Reyes 7, 17)

  • Y así sucedió. El pueblo lo pisoteó en la puerta y murió. (II Reyes 7, 20)

  • A la mañana siguiente tomó una manta, la empapó en agua y la extendió sobre su rostro y murió. Reinó en su lugar Jazael. (II Reyes 8, 15)

  • Viendo esto Ocozías, rey de Judá, huyó por el camino de Bet Haggan; Jehú partió en su persecución diciendo: «¡ También a él! ¡Matadle!» Y le hirieron en su carro en la cuesta de Gur, la de Yibleam; se refugió en Meguiddó y murió allí. (II Reyes 9, 27)

  • Le hirieron sus siervos Yozakar, hijo de Simat, y Yehozabad, hijo de Somer, y murió. Le sepultaron con sus padres en la ciudad de David y reinó en su lugar su hijo Amasías. (II Reyes 12, 22)

  • Cuando Eliseo enfermó de la enfermedad de que murió, bajó donde él Joás, rey de Israel, y lloró sobre su rostro diciendo: «¡Padre mío, padre mío, carro y caballos de Israel!» (II Reyes 13, 14)

  • Eliseo murió y le sepultaron. Las bandas de Moab hacían incursiones todos los años. (II Reyes 13, 20)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina