Trouvé 459 Résultats pour: segundo libro de Samuel

  • Tocó el segundo Angel... Entonces fue arrojado al mar algo como una enorme montaña ardiendo, y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. (Apocalipsis 8, 8)

  • El segundo ¡Ay! ha pasado. Mira que viene en seguida el tercero. (Apocalipsis 11, 14)

  • Y la adorarán todos los habitantes de la tierra cuyo nombre no está inscrito, desde la creación del mundo, en el libro de la vida del Cordero degollado. (Apocalipsis 13, 8)

  • Y un segundo Angel le siguió diciendo: «Cayó, cayó la Gran Babilonia, la que dio a beber a todas las naciones el vino del furor.» (Apocalipsis 14, 8)

  • El segundo derramó su copa sobre el mar; y se convirtió en sangre como de muerto, y toda alma viviente murió en el mar. (Apocalipsis 16, 3)

  • «La Bestia que has visto, era y ya no es; y va a subir del Abismo pero camina hacia su destrucción. Los habitantes de la tierra, cuyo nombre no fue inscrito desde la creación del mundo en el libro de la vida, se maravillarán al ver que la Bestia era y ya no es, pero que reaparecerá. (Apocalipsis 17, 8)

  • Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono; fueron abiertos unos libros, y luego se abrió otro libro, que es el de la vida; y los muertos fueron juzgados según lo escrito en los libros, conforme a sus obras. (Apocalipsis 20, 12)

  • y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego. (Apocalipsis 20, 15)

  • Los asientos de la muralla de la ciudad están adornados de toda clase de piedras preciosas: el primer asiento es de jaspe, el segundo de zafiro, el tercero de calcedonia, el cuarto de esmeralda, (Apocalipsis 21, 19)

  • Nada profano entrará en ella, ni los que cometen abominación y mentira, sino solamente los inscritos en el libro de la vida del Cordero. (Apocalipsis 21, 27)

  • Mira, vengo pronto. Dichoso el que guarde las palabras proféticas de este libro.» (Apocalipsis 22, 7)

  • Pero él me dijo: «No, cuidado; yo soy un siervo como tú y tus hermanos los profetas y los que guardan las palabras de este libro. A Dios tienes que adorar.» (Apocalipsis 22, 9)


“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina