Trouvé 319 Résultats pour: tienda

  • que tienda la mejilla a quien lo hiere, que se harte de oprobios. (Lamentaciones 3, 30)

  • Os llevasteis la tienda de Moloc y la estrella del dios Refán, las imágenes que hicisteis para adorarlas; pues yo os llevaré más allá de Babilonia. (Hechos 7, 43)

  • «Nuestros padres tenían en el desierto la Tienda del Testimonio, como mandó el que dijo a Moisés que la hiciera según el modelo que había visto. (Hechos 7, 44)

  • «Después de esto volveré y reconstruiré la tienda de David que está caída; reconstruiré sus ruinas, y la volveré a levantar. (Hechos 15, 16)

  • Porque sabemos que si esta tienda, que es nuestra morada terrestre, se desmorona, tenemos un edificio que es de Dios: una morada eterna, no hecha por mano humana, que está en los cielos. (II Corintios 5, 1)

  • ¡Sí!, los que estamos en esta tienda gemimos abrumados. No es que queramos ser devestidos, sino más bien sobrevestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. (II Corintios 5, 4)

  • al servicio del santuario y de la Tienda verdadera, erigida por el Señor, no por un hombre. (Hebreos 8, 2)

  • Estos dan culto en lo que es sombra y figura de realidades celestiales, según le fue revelado a Moisés al emprender la construcción de la Tienda. Pues dice: Mira, harás todo conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte. (Hebreos 8, 5)

  • Porque se preparó la parte anterior de la Tienda, donde se hallaban el candelabro y la mesa con los panes de la presencia, que se llama Santo. (Hebreos 9, 2)

  • Detrás del segundo velo se hallaba la parte de la Tienda llamada Santo de los Santos, (Hebreos 9, 3)

  • Preparadas así estas cosas, los sacerdotes entran siempre en la primera parte de la Tienda para desempeñar las funciones del culto. (Hebreos 9, 6)

  • De esa manera daba a entender el Espíritu Santo que aún no estaba abierto el camino del santuario mientras subsistiera la primera Tienda. (Hebreos 9, 8)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina