Trouvé 23 Résultats pour: Báquides

  • Báquides se enteró de esto y llegó en día de sábado a las riberas del Jordán. (I Macabeos 9, 43)

  • Se trabó la batalla, y Jonatán alargó la mano para herir a Báquides, pero éste le esquivó echándose hacia atrás. (I Macabeos 9, 47)

  • Aquel día cayeron unos mil hombres de Báquides. (I Macabeos 9, 49)

  • Báquides volvió a Jerusalén y se puso a construir plazas fuertes en Judea, las fortalezas de Jericó, Emaús, Bejorón, Betel, Tamnata, Faratón y Tefón, con altas murallas y puertas con cerrojos, (I Macabeos 9, 50)

  • Báquides, viendo que Alcimo había muerto, regresó a la corte real. El país tuvo paz durante dos años. (I Macabeos 9, 57)

  • Entonces todos los criminales tomaron esta resolución: "Jonatán y los suyos viven en paz, sin temor alguno. Hagamos venir a Báquides, y nos haremos con todos en una sola noche", (I Macabeos 9, 58)

  • Báquides se puso en camino con un ejército numeroso. Mandó clandestinamente cartas a sus partidarios de Judea para que prendiesen a Jonatán y a los suyos; pero no tuvo éxito, porque fueron descubiertos sus planes. (I Macabeos 9, 60)

  • Apenas lo supo Báquides, reunió toda su gente y avisó a todos sus partidarios de Judea. (I Macabeos 9, 63)

  • Atacaron a Báquides, que fue derrotado, y cayó en un profundo abatimiento, porque no habían resultado ni sus planes ni su expedición. (I Macabeos 9, 68)

  • Los extranjeros estacionados en la fortaleza construida por Báquides huyeron; (I Macabeos 10, 12)

  • Lucharon contra Timoteo y Báquides, mataron a más de veinte mil y cayeron en su poder altas y sólidas fortalezas. Repartieron el abundante botín en dos partes iguales, una para ellos y otra para los débiles, los huérfanos, las viudas y los ancianos. (II Macabeos 8, 30)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina