Trouvé 82 Résultats pour: Falsos apóstoles

  • Obedecieron, entraron de madrugada en el templo y se pusieron a enseñar. Entretanto, el sumo sacerdote y sus partidarios convocaron al tribunal supremo y a todos los dirigentes de Israel, y mandaron a la cárcel a buscar a los apóstoles. (Hechos 5, 21)

  • Pedro y los apóstoles respondieron: "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. (Hechos 5, 29)

  • Un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en el tribunal, mandó que sacaran de la sala por unos momentos a los apóstoles y dijo: (Hechos 5, 34)

  • Llamaron a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron terminantemente hablar más de Jesús y los soltaron. (Hechos 5, 40)

  • los presentaron a los apóstoles, los cuales, después de orar, les impusieron las manos. (Hechos 6, 6)

  • Después presentaron testigos falsos, que dijeron: "Este hombre no cesa de decir palabras contra este lugar santo y contra la ley; (Hechos 6, 13)

  • Aquel día se desencadenó una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén; y todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaría. (Hechos 8, 1)

  • Los apóstoles, que estaban en Jerusalén, al saber que Samaría había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan; (Hechos 8, 14)

  • Simón, al ver que mediante la imposición de las manos de los apóstoles se confería el Espíritu Santo, les ofreció dinero, (Hechos 8, 18)

  • Entonces Bernabé lo tomó consigo, lo presentó a los apóstoles y les refirió cómo en el camino Saulo había visto al Señor, que le había hablado, y cómo en Damasco había predicado públicamente en el nombre de Jesús. (Hechos 9, 27)

  • Los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea supieron que también los paganos habían recibido la palabra de Dios. (Hechos 11, 1)

  • La población de la ciudad se dividió. Unos estaban con los judíos y otros con los apóstoles. (Hechos 14, 4)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina