Trouvé 225 Résultats pour: Filisteos

  • Tres de los treinta fueron a la roca de la cueva de Adulán, donde estaba David, mientras los filisteos estaban acampados en el valle de Refaín. (I Crónicas 11, 15)

  • David estaba en el refugio mientras los filisteos tenían una guarnición en Belén. (I Crónicas 11, 16)

  • También de la tribu de Manasés se unieron algunos a David cuando iba con los filisteos a luchar contra Saúl; pero no llegó a luchar contra él, pues los príncipes de los filisteos decidieron despedirle diciendo: "Se pasaría a Saúl, con peligro de nuestras cabezas". (I Crónicas 12, 20)

  • Cuando los filisteos supieron que David había sido ungido rey de todo Israel, fueron todos en su busca. David se enteró y les salió al encuentro. (I Crónicas 14, 8)

  • Los filisteos llegaron y se desplegaron por el valle de Refaín. (I Crónicas 14, 9)

  • David consultó a Dios: "¿Debo atacar a los filisteos? ¿Los pondrás en mis manos?". El Señor le respondió: "Atácalos, porque los pondré en tus manos". (I Crónicas 14, 10)

  • Los filisteos fueron a Baal Perasín, donde fueron derrotados por David. David dijo: "Dios ha dispersado a mis enemigos ante mí como se dispersan las aguas". Por eso se llamó este lugar Baal Perasín. (I Crónicas 14, 11)

  • Los filisteos dejaron abandonados allí sus dioses. Y David mandó que les prendieran fuego. (I Crónicas 14, 12)

  • Los filisteos ocuparon de nuevo el valle. (I Crónicas 14, 13)

  • David hizo como Dios le había mandado y derrotó a los filisteos desde Gabaón hasta Guézer. (I Crónicas 14, 16)

  • Después de esto, David derrotó a los filisteos y los sometió; les arrebató Gat y sus aldeas. (I Crónicas 18, 1)

  • que el rey David consagró al Señor junto con la plata y oro que había quitado a otras naciones: a Edón, a Moab, a los amonitas, a los filisteos y a Amalec. (I Crónicas 18, 11)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina