Trouvé 465 Résultats pour: Fuego

  • Porque nuestro Dios es fuego devorador. (Hebreos 12, 29)

  • La lengua es también de fuego; el mundo de la injusticia. La lengua puesta en medio de nuestros miembros infecta todo nuestro cuerpo y prende fuego al curso de nuestra vida, cuando ella está incendiada con el fuego del infierno. (Santiago 3, 6)

  • Vuestro oro y vuestra plata se han puesto roñosos, y su roña será un testimonio en contra vuestra y devorará vuestra carne como fuego. Atesorasteis en los últimos días. (Santiago 5, 3)

  • para que la pureza de vuestra fe mucho más preciosa que el oro que aunque acrisolado por el fuego se corrompe aparezca digna de alabanza de gloria y de honor cuando tenga lugar la manifestación de Jesucristo, (I Pedro 1, 7)

  • Queridos hermanos, no os extrañéis, como si fuera algo raro, de veros sometidos al fuego de la prueba; (I Pedro 4, 12)

  • como a Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, que, al igual que aquéllas, se dedicaron a la lujuria y la homosexualidad y quedaron como ejemplo, sujetas a la pena del fuego eterno. (Judas 1, 7)

  • a unos salvadlos, arrancadlos del fuego; a otros, tenedlos compasión, pero con cuidado, aborreciendo hasta la túnica manchada por su cuerpo. (Judas 1, 23)

  • Su cabeza y sus cabellos eran blancos como la lana blanca, como la nieve; sus ojos, como una llama de fuego; (Apocalipsis 1, 14)

  • sus pies, como el bronce fundido a fuego; su voz, como el rumor de aguas caudalosas; (Apocalipsis 1, 15)

  • Escribe al ángel de la Iglesia de Tiatira: Esto es lo que dice el hijo de Dios, que tiene los ojos como una llama y los pies como el bronce fundido a fuego. (Apocalipsis 2, 18)

  • Te aconsejo que me compres oro acrisolado en el fuego para enriquecerte, vestiduras blancas para vestirte, y que no aparezca la vergüenza de tu desnudez, y un colirio para que unjas tus ojos y veas. (Apocalipsis 3, 18)

  • Del trono salían rayos, voces y truenos. Siete lámparas de fuego ardían delante del trono (que son los siete espíritus de Dios). (Apocalipsis 4, 5)


“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina