Trouvé 92 Résultats pour: Vivo

  • Pero al rey de Ay lo tomaron vivo y lo llevaron a Josué. (Josué 8, 23)

  • Después dijo Saúl: "Bajemos esta noche a perseguir y a saquear a los filisteos hasta despuntar el alba sin dejar a uno vivo". Le respondieron: "Haz lo que quieras". Pero el sacerdote dijo: "Antes, consultemos a Dios". (I Samuel 14, 36)

  • Capturó vivo a Agag, rey de Amalec, y a todo el pueblo lo pasó a espada. (I Samuel 15, 8)

  • David preguntó a los que estaban a su lado: "¿Qué se hará con el que mate a este filisteo y quite esta ofensa de Israel? ¿Quién es este filisteo incircunciso que desafía al ejército del Dios vivo?". (I Samuel 17, 26)

  • Tu siervo ha matado al león y al oso. Ese filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha desafiado a los ejércitos del Dios vivo". (I Samuel 17, 36)

  • Si todavía vivo, entonces usa conmigo de la bondad del Señor; si he muerto, (I Samuel 20, 14)

  • Joab respondió: "No quiero perder el tiempo contigo". Agarró tres dardos y los clavó en el corazón de Absalón, que todavía estaba vivo en la encina. (II Samuel 18, 14)

  • La otra mujer replicó: "No es verdad, pues mi hijo es el vivo y el tuyo es el muerto". La primera decía: "No, tu hijo es el muerto, y mi hijo el vivo". De esta suerte disputaban delante del rey. (I Reyes 3, 22)

  • El rey reflexionó: "La una dice: Éste es mi hijo, el vivo; el tuyo es el muerto. La otra replica: No, tu hijo es el muerto y mi hijo el vivo". (I Reyes 3, 23)

  • y el rey ordenó: "Partid en dos el niño vivo y dad la mitad a cada una". (I Reyes 3, 25)

  • Entonces la madre del niño vivo, sintiendo conmoverse sus entrañas por su hijo, dijo: "¡Por favor, señor mío! Dale a ella el niño vivo, pero matarle... ¡no, que no le maten!". La otra, en cambio, decía: "Que no sea ni para mí ni para ti; que lo partan". (I Reyes 3, 26)

  • Entonces el rey tomó la palabra y sentenció: "Dad a la primera el niño vivo, y no le matéis; ella es su madre". (I Reyes 3, 27)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina