Trouvé 116 Résultats pour: caballos

  • Tú lanzas tus caballos en el mar, en el oleaje de las inmensas aguas. (Habacuc 3, 15)

  • Cambiaré los tronos de los reinos y destruiré el poder de los reyes de las naciones. Volcaré los carros de guerra y a sus conductores; caballos y jinetes caerán cada uno por la espada de su hermano. (Ageo 2, 22)

  • "Tuve un sueño durante la noche. Vi un jinete sobre un caballo rojo, que estaba entre los mirtos que había en un valle profundo; detrás de él había caballos rojos, alazanes, negros y blancos. (Zacarías 1, 8)

  • El primer carro estaba tirado por caballos rojos, el segundo por caballos negros, (Zacarías 6, 2)

  • el tercero por caballos blancos y el cuarto por caballos rojizos. (Zacarías 6, 3)

  • Los carros tirados por caballos rojos salen para el este, los negros para el norte, los blancos para el oeste y los rojizos para el sur. (Zacarías 6, 6)

  • Hará que desaparezcan los carros de guerra de Efraín y los caballos de Jerusalén, y desaparecerá el arco de guerra. Él anunciará la paz a las naciones y dominará de mar a mar y desde el río hasta los confines de la tierra. (Zacarías 9, 10)

  • En aquel día, palabra del Señor, heriré de espanto a los caballos, y a sus jinetes de locura. Yo miraré por Judá, pero heriré de ceguera a todos los caballos de las naciones. (Zacarías 12, 4)

  • Así será también la plaga de los caballos, mulos, camellos y asnos, y de todas las bestias que haya en aquellos campos. (Zacarías 14, 15)

  • En aquel día estará escrito sobre todas las campanillas de los caballos: "Consagrado al Señor", y las ollas en el templo del Señor serán como los aspersorios delante del altar. (Zacarías 14, 20)

  • Metemos el freno en la boca a los caballos para que nos obedezcan y podamos así dirigir todo su cuerpo. (Santiago 3, 3)

  • Las langostas se parecían a caballos preparados para la guerra: en sus cabezas tenían coronas como de oro, y sus rostros eran como los de los hombres; (Apocalipsis 9, 7)


“Que Nossa Senhora nos obtenha o amor à cruz, aos sofrimentos e às dores.” São Padre Pio de Pietrelcina