Trouvé 294 Résultats pour: fuerza interior
Se levantó, comió y bebió, y con la fuerza de aquel manjar caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte de Dios, el Horeb. (I Reyes 19, 8)
Los centinelas transmitieron a gritos la noticia al interior del palacio real. (II Reyes 7, 11)
Pero el sacerdote Yehoyadá ordenó a los jefes de centuria, que mandaban la fuerza: "¡Sacadla de las filas y matad al que la siga!". Porque el sacerdote había dicho: "Que no la maten en el templo del Señor". (II Reyes 11, 15)
sólo al Señor, que os sacó de Egipto con gran fuerza y poder, le daréis culto, os postraréis ante él y le ofreceréis sacrificios. (II Reyes 17, 36)
Piensas que los planes y la fuerza para la guerra son sólo cuestión de boca. ¿En quién has confiado para rebelarte contra mí? (II Reyes 18, 20)
"Esto dice Ezequías: Día de angustia, de castigo y de ultraje es éste, pues los hijos han llegado a punto de nacer, y falta la fuerza para darlos a luz. (II Reyes 19, 3)
Ni antes ni después de Josías hubo un rey que se volviera como él al Señor con todo su corazón, con toda su alma y con toda su fuerza, conforme en todo con la ley de Moisés. (II Reyes 23, 25)
La riqueza y la gloria te preceden, tú eres el dueño de todo, en tu mano está la fuerza y el poder, en tu mano encuentran estabilidad y grandeza todas las cosas. (I Crónicas 29, 12)
El vestíbulo de delante del santuario tenía diez metros de largo a lo ancho del edificio, cinco de ancho a lo largo del mismo y sesenta de alto. Su interior estaba revestido de oro puro. (II Crónicas 3, 4)
También al extranjero, que no es de tu pueblo Israel, si viene de tierras lejanas atraído por la fama de tu nombre, la fuerza de tu mano y el poder de tu brazo a orar en este templo, (II Crónicas 6, 32)
Fue entonces cuando el profeta Jananí se presentó a Asá, rey de Judá, y le dijo: "Por haberte apoyado sobre el rey de Siria y no sobre el Señor, tu Dios, por eso se te escapará de las manos la fuerza del rey de Siria. (II Crónicas 16, 7)
oró así: "Señor, Dios de nuestros padres, tú eres el Dios de los cielos, tú gobiernas los reinos de la tierra, tú tienes en tu mano la fuerza y el poder; nadie puede resistirte. (II Crónicas 20, 6)